A pesar de la amenaza constante de la emergencia sanitaria por el coronavirus, la tradición navideña es inmune a los efectos de la pandemia y, en estas fechas, se concibe con un optimismo y alegría que se irradia en los más pequeños y por qué no también en el mundo adulto.
En Bahía Blanca también se siente ese espíritu de las festividades, como ocurre en el caso de la tarea que lleva adelante la Cooperativa de Trabajo Noroeste para alegrar a los vecinos del mismo barrio.
Cristina, la titular de la asociación, contó a Telefe Noticias cómo nació la idea de pintar y decorar un automóvil con motivos navideños, construir un trineo y hacer la figura de los renos de Papa Noel.
“Esto surgió el año pasado de hacerlo, lo hicimos con el reno solo y les gustó muchísimo a todos. Salimos a recorrer los barrios y bueno la gente re copada ayer fuimos a un par de lugares, pasamos por el centro y bueno fue una locura con la emoción de la gente grande, de los chicos, y nos llevamos una emoción grandísima que es lo mejor que a uno le puede pasar”, destacó.
El personal de la Cooperativa de Trabajo también es artífice del cuidado de la denominada “Plaza de los Humildes”, un espacio creado por los propios vecinos.
En esta oportunidad, el valor de sus miembros se explica en el esfuerzo de resignar horas de descanso con tal de dibujarle una sonrisa a niños y niñas, muchos de ellos en situación de vulnerabilidad.
“La verdad que le agradezco a mis compañeros que somos de la cooperativa y son chicos y chicas que se prenden en todo lo que se me ocurre y me acompañan en todo y trabaja a full y si yo les pido que se queden hasta tarde, ellos se quedan hasta tarde con tal de lograr lo que queremos”.
Cristina informó que el automóvil especialmente acondicionado para la fecha, junto con Papá Noel y los "duendes", estará en el espacio público de Rondeau y Chaco, a partir de las 19:30. Allí se entregarán pan dulces y golosinas.
“Nos llevamos la felicidad de brindar un poco de alegría a alguien porque hoy en día hace falta sentir un poco de alegría. No hay fortuna que pague lo que se siente cuando uno ve a la gente con dos minutos de felicidad”, completó.
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