Portada  |  22 julio 2021

Historias para ser contadas: la historia de los primeros boliches bahienses

Historias para ser contadas

La danza siempre fue un ritual de seducción. Los que tenían la virtud del paso adecuado y el movimiento cadencioso se llevaban todas las miradas.

Y en la época en la que la ritualidad no solo se expresaba en la pista, sino el difícil arte de sacar a bailar, cabezaso leve mediante o cruzando miradas con la persona adecuada, los bahienses tenían varios lugares donde podían poner en marcha sus herramientas de conquista.

En julio de 1961 se inauguró en el Barrio Palihue el salón de té, wiskería y restaurante, Koro Tei, ubicado en Cruz del Sur y De La Cuesta, promocionado como "la casa de la vista hermosa".

Fue una de las primeras en encontrar, en la zona alta de la ciudad, un lugar adecaudo para este tipo de propuestas. 

Como indicaba su publicidad, Koro Tei trajo el exotismo de un bello rincón del legendario Japón. 

El menú inaugural consistió en: blanco de pavita y vitel toné, arroz Koro Tei, lomo al champiñón, pollo al rhum, consomé japones y te oriental.

Como complemento de la apertura, se ofrecieron varios shows. El primero con la presencia de la exquisita cantante francesa May Avri, acompañada por Alfredo, primer bailarín del Chúcaro.

El segundo, una semana después, con la presencia de tangueros como Héctor Stamponi, Sabina Olmos y Charlo, "el cantor de América".

En Noviembre de 1962, abrió sus puertas el restaurante nocturno Rancho X, en Los Olivos y Constituyentes, también Barrio Palihue, uno de los lugares más pintorescos y residenciales de Bahía Blanca.

La idea de los propietarios, Conrado Dondini y Héctor Fernández Amigo, fue ofrecer un ambiente familiar para que asistieran grandes y chicos en grata comunidad.

La casona tenía el aspecto de un rancho americano, de allí su nombre. Con amplios ventanales, alerones cubieros por vidrios especiales y un lago artifcial sobre el que había un pequeño puente.

El periodismo de la época destacaba: "El extraordinario panorama que se domina desde cualquier lugar del edificio lo convertirán en el sitio obligado de cita de los amantes de la tranquilidad, el confort y el esparcimiento".

Para quienes gustaran de la danza, Rancho Xdisponía de un bar americano donde se vendían bebidas y licores de calidad superior y pistas de baile.

También había números en vivo. Rancho X funcionó hasta principios de los ´80, momento en el cual un cambio de reglamentación del código de planeamiento urbano prohibió ese tipo de actividades en ese sector de Bahía Blanca.

En septiembre de 1969, en el subsuelo de Brown 6, abrió Tio Gaspar. A fines de los ´60 la vida nocturna bahiense comenzaba temprano. A las 20 ya abrían las puertas las confiterías. 

Mientras tanto, las grandes voces de la época, como Frank Sinatra o "Palito" Ortega dominaban las pistas.

Pero en la memoria colectiva no puede faltar Brancaleone. La antigua casa de la familia Pagano llegó a ponerse en venta en 1978. Quienes la adquirieron lograron generar la imagen de un castillo medieval con armadura y caballo incluído.

Brancaleone fue un verdadero exito que, como todos los boliches, tuvo su franca decadencia, hasta su cierre y la demolición de su lugar, hoy recordado con una placa, por todos aquellos que alguna vez entraron a ese lugar.

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